En Febrero del pasado año daba comienzo el conflicto bélico
que acabaría por derrocar a Muamar el
Gadafi del liderazgo militar y político de Libia, tras cuarenta y dos años
en el poder. Nueve meses de conflicto entre rebeldes,
apoyados por las potencias del mundo occidental representadas en la OTAN, y partidarios del régimen, otrora
simplemente vecinos e incluso parientes, se saldaban con incontables pérdidas
de vidas humanas y un masivo número de refugiados y exiliados a países cercanos.
El nuevo gobierno del país sería asumido
por el Consejo Nacional de Transición, poniendo fin al conflicto
contextualizado por la extendida Primavera
Árabe.
Mohammad Za´abia es un delantero libio nacido en la capital del país, Tripoli, en 1989. Suma 27 convocatorias con el combinado nacional, habiendo jugado un total de siete años en dos conjuntos de su ciudad natal, Al-Shat e Al-Ittihad. En 2011 firmaría por el Al Arabi kuwaití, pasando a Partizan sólo un año después. Su fichaje puede resultar extraño en un primer momento, tratándose de un delantero de 23 años sin demasiado recorrido fuera de su país del que pocos o ninguno habían oído hablar antes en Serbia, pero el libio llegaba con la recomendación de Darko Nović, ex jugador de Obilić y durante cinco años segundo entrenador de Al-Ittihad, y de la mano de su agente Petar Bazić, representante entre otros del también jugador de Partizan Vladimir Volkov. El propio jugador hablaba de un interés prolongado durante años y de que su única intención era recalar en el gigante belgradense.
Su golazo en pretemporada ante el Sturm Graz austríaco sembraba la ilusión en la afición blanquinegra, pero su comienzo de temporada no ha sido positivo. Un gol en la primera jornada en el festín a costa del BSK Borča y tan sólo tres apariciones en liga conforman un balance gris, alcanzando el climax en su fallo a puerta vacía ante Donji Srem, que a la postre costaría al equipo una de las derrotas más humillantes de los últimos años. Pero no es esta faceta lo que más preocupa a la entidad, ya que el libio se ha destacado estos primeros meses por sus continuos episodios de indisciplina, que han despertado recelos en el vestuario que gestiona Vladimir Vermezović. El mencionado fallo en la tercera jornada resulta aún más gravoso considerando que el futbolista no se presentó en los entrenamientos programados en la semana anterior al encuentro, excusando su comportamiento en problemas personales. Vermezović comentó a la prensa que los problemas con el delantero se repiten desde su llegada al club, pero se llegó a mostrar comprensivo con su excepcional situación. Y es que el delantero se sinceraba a su llegada en unas declaraciones recogidas por la prensa serbia, comentando que tuvo que dejar el país por ser partidario de Muamar el Gadafi, mientras que su familia permaneció en el norte de África. Za´abia afirmaba que nunca volverá a vestir la camiseta del equipo nacional, y que no se atreve a volver por miedo a las posibles represalias que sus simpatías políticas pudiesen despertar. Su país había cambiado, explicaba, bajo instrucciones de los Estados Unidos, pero eso no le impedía sentir una nostalgia irrefrenable, ya que no tenía donde volver.
Pese a todo, el entrenador está dispuesto a dar una oportunidad al jugador. “Nadie sabe qué le pasa, pero lleva tres meses en Europa y necesita ayuda, estoy decidido a encontrar una solución a su problema” afirmaba Vermezović la pasada semana, confirmando que sus compañeros, enfadados en un principio por la actitud del delantero, habían adoptado una actitud más comprensiva respecto a su excepcional caso. Za´abia deberá poner de su parte para facilitar su adaptación y acabar por justificar su fichaje por Partizan; y no será todo, puesto que deberá luchar además por un lugar en una delantera que se ha visto fortificada en las últimas semanas por el rendimiento del joven Mitrović y la recuperación de Marko Šćepović; y sólo la lesión que mantendrá a Eduardo aún unos meses fuera de los terrenos de juego parecen justificar su presencia en la plantilla. Dar un paso adelante y encauzar su carrera parece estar en su mano.
Mohammad Za´abia es un delantero libio nacido en la capital del país, Tripoli, en 1989. Suma 27 convocatorias con el combinado nacional, habiendo jugado un total de siete años en dos conjuntos de su ciudad natal, Al-Shat e Al-Ittihad. En 2011 firmaría por el Al Arabi kuwaití, pasando a Partizan sólo un año después. Su fichaje puede resultar extraño en un primer momento, tratándose de un delantero de 23 años sin demasiado recorrido fuera de su país del que pocos o ninguno habían oído hablar antes en Serbia, pero el libio llegaba con la recomendación de Darko Nović, ex jugador de Obilić y durante cinco años segundo entrenador de Al-Ittihad, y de la mano de su agente Petar Bazić, representante entre otros del también jugador de Partizan Vladimir Volkov. El propio jugador hablaba de un interés prolongado durante años y de que su única intención era recalar en el gigante belgradense.
Su golazo en pretemporada ante el Sturm Graz austríaco sembraba la ilusión en la afición blanquinegra, pero su comienzo de temporada no ha sido positivo. Un gol en la primera jornada en el festín a costa del BSK Borča y tan sólo tres apariciones en liga conforman un balance gris, alcanzando el climax en su fallo a puerta vacía ante Donji Srem, que a la postre costaría al equipo una de las derrotas más humillantes de los últimos años. Pero no es esta faceta lo que más preocupa a la entidad, ya que el libio se ha destacado estos primeros meses por sus continuos episodios de indisciplina, que han despertado recelos en el vestuario que gestiona Vladimir Vermezović. El mencionado fallo en la tercera jornada resulta aún más gravoso considerando que el futbolista no se presentó en los entrenamientos programados en la semana anterior al encuentro, excusando su comportamiento en problemas personales. Vermezović comentó a la prensa que los problemas con el delantero se repiten desde su llegada al club, pero se llegó a mostrar comprensivo con su excepcional situación. Y es que el delantero se sinceraba a su llegada en unas declaraciones recogidas por la prensa serbia, comentando que tuvo que dejar el país por ser partidario de Muamar el Gadafi, mientras que su familia permaneció en el norte de África. Za´abia afirmaba que nunca volverá a vestir la camiseta del equipo nacional, y que no se atreve a volver por miedo a las posibles represalias que sus simpatías políticas pudiesen despertar. Su país había cambiado, explicaba, bajo instrucciones de los Estados Unidos, pero eso no le impedía sentir una nostalgia irrefrenable, ya que no tenía donde volver.
Pese a todo, el entrenador está dispuesto a dar una oportunidad al jugador. “Nadie sabe qué le pasa, pero lleva tres meses en Europa y necesita ayuda, estoy decidido a encontrar una solución a su problema” afirmaba Vermezović la pasada semana, confirmando que sus compañeros, enfadados en un principio por la actitud del delantero, habían adoptado una actitud más comprensiva respecto a su excepcional caso. Za´abia deberá poner de su parte para facilitar su adaptación y acabar por justificar su fichaje por Partizan; y no será todo, puesto que deberá luchar además por un lugar en una delantera que se ha visto fortificada en las últimas semanas por el rendimiento del joven Mitrović y la recuperación de Marko Šćepović; y sólo la lesión que mantendrá a Eduardo aún unos meses fuera de los terrenos de juego parecen justificar su presencia en la plantilla. Dar un paso adelante y encauzar su carrera parece estar en su mano.
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