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| Los jugadores agradecen el apoyo a la afición: "Vosotros sois Hajduk" |
Poljud volverá a vestirse de gala este domingo. El eterno rival, Dinamo, visita a Hajduk con el objetivo de poner aún más tierra de por medio y confirmar las buenas sensaciones de la pasada jornada ante Rijeka. La ambición de Hajduk es bien distinta: sumar puntos para el segundo puesto de la tabla, que parece que será el único foco de interés de la zona alta en lo que resta de temporada. Lokomotiva, Split, Slaven y Rijeka son candidatos a subcampeonar, mientras que parece difícil que un Osijek en reestructuración pueda sumarse a la lucha. Con todo esto y teniendo en cuenta que Hajduk sigue vivo en las semifinales de Copa, que jugará precisamente ante Slaven, el primer puesto parece decidido. Todo esto son números sobre el papel, pero es un derbi, y la ardiente Torcida dálmata no firmará de antemano nada que no sea la victoria.
La realidad de ambos equipos ha sido muy distinta en el mercado de invierno. Dinamo ha reforzado la defensa - punto crítico del equipo tras las salidas de Vida, Puljić y Tonel - con la cesión del internacional ghanés Addy y la incorporación desde el filial de Jedvaj. Mientras que la salida de Kovačić supone un giro de 360 grados en el estilo que Kruno Jurčić planeaba implantar a su equipo tras el parón invernal. Husejinović y Pamić buscarán hacerse un hueco en la línea de mediapuntas, y el regreso al primer equipo de Leko, apartado con el anterior entrenador, añadirá empaque a la zona de contención modri. Hajduk por su parte no ha reforzado las zonas debilitadas, la parcela central de la defensa y el medio centro, y recibirá a Dinamo en situación muy precaria. Nižić es el único defensa con el que se ha reforzado el equipo, mientras que el resto de contrataciones curiosamente comparten posición y sólo el costamarfileño Kouassi parece haber justificado su llegada. Especialmente suponen una decepción los brasileños Patinho y Cassio, firmados por el acuerdo de cooperación entre Fluminense y Hajduk, que han llegado a Split lesionados o en baja forma.
La situación en los despachos vuelve a ser protagonista en la previa, ya que mientras Zdravko Mamić, presidente de Dinamo Zagreb, anunció públicamente estar en comunicación directa con Dios y condenó la persecución a la que considera estar sometido por parte de organismos estatales y criminales, en Poljud nadie parece ponerse de acuerdo. La incomprensible gestión del pasado mercado dio lugar a una encendida discusión entre director deportivo y presidente, Sergije Krešić y Marin Brbić, y Mišo Krstičević, entrenador. El motivo fue la necesidad de reforzar el medio centro con la llegada de Plazonić desde Pomorac, equipo filial de Hajduk, lo que la primera de las partes consideraba innecesario. Krstičević, indignado, se marchó dando un portazo, sufriendo de forma inmediata una arritmia que le mantuvo tres días en el hospital. Finalmente y como una medida para maquillar la situación, Plazonić se incorporó al equipo. Por si fuera poco, las lesiones han hecho mella en Hajduk, y precisamente en las líneas debilitadas. Milović, Jonjić y Maloča - tres centrales - son baja, mientras que Milić es duda. Lo unico que parece seguro es que Nižić ocupará uno de los puestos, mientras que su acompañante está en el aire. Como mediocentros se especula con los dos laterales titulares, Lima y Vršajević, ya que Radošević se marchó al Napoli y Milić, en caso de estar listo, volvería a su posición natural como central. Para más inri, el involuntariamente polémico Plazonić se perderá el partido por acumulación de tarjetas. Un auténtico rompecabezas que el temperamental Krstičević deberá resolver para el partido más emblemático del campeonato.
El arma no tan secreta volverá a ser la mencionada Torcida, y es que Hajduk pese a todo sigue siendo el equipo con mejor media de público asistente en el campeonato. No han faltado las provocaciones por parte de los jugadores aludiendo a esto mismo, ya que Dinamo tiene una de las peores medias del campeonato y la región. El partido arrancará a las seis, volviendo a medir a eternos rivales, por un lado al representante de la tradicionalmente rural Dalmacia, y por otro al gigante de la cosmopolita Zagreb. Dos formas de vida, dos equipos, un partido.
La realidad de ambos equipos ha sido muy distinta en el mercado de invierno. Dinamo ha reforzado la defensa - punto crítico del equipo tras las salidas de Vida, Puljić y Tonel - con la cesión del internacional ghanés Addy y la incorporación desde el filial de Jedvaj. Mientras que la salida de Kovačić supone un giro de 360 grados en el estilo que Kruno Jurčić planeaba implantar a su equipo tras el parón invernal. Husejinović y Pamić buscarán hacerse un hueco en la línea de mediapuntas, y el regreso al primer equipo de Leko, apartado con el anterior entrenador, añadirá empaque a la zona de contención modri. Hajduk por su parte no ha reforzado las zonas debilitadas, la parcela central de la defensa y el medio centro, y recibirá a Dinamo en situación muy precaria. Nižić es el único defensa con el que se ha reforzado el equipo, mientras que el resto de contrataciones curiosamente comparten posición y sólo el costamarfileño Kouassi parece haber justificado su llegada. Especialmente suponen una decepción los brasileños Patinho y Cassio, firmados por el acuerdo de cooperación entre Fluminense y Hajduk, que han llegado a Split lesionados o en baja forma.
La situación en los despachos vuelve a ser protagonista en la previa, ya que mientras Zdravko Mamić, presidente de Dinamo Zagreb, anunció públicamente estar en comunicación directa con Dios y condenó la persecución a la que considera estar sometido por parte de organismos estatales y criminales, en Poljud nadie parece ponerse de acuerdo. La incomprensible gestión del pasado mercado dio lugar a una encendida discusión entre director deportivo y presidente, Sergije Krešić y Marin Brbić, y Mišo Krstičević, entrenador. El motivo fue la necesidad de reforzar el medio centro con la llegada de Plazonić desde Pomorac, equipo filial de Hajduk, lo que la primera de las partes consideraba innecesario. Krstičević, indignado, se marchó dando un portazo, sufriendo de forma inmediata una arritmia que le mantuvo tres días en el hospital. Finalmente y como una medida para maquillar la situación, Plazonić se incorporó al equipo. Por si fuera poco, las lesiones han hecho mella en Hajduk, y precisamente en las líneas debilitadas. Milović, Jonjić y Maloča - tres centrales - son baja, mientras que Milić es duda. Lo unico que parece seguro es que Nižić ocupará uno de los puestos, mientras que su acompañante está en el aire. Como mediocentros se especula con los dos laterales titulares, Lima y Vršajević, ya que Radošević se marchó al Napoli y Milić, en caso de estar listo, volvería a su posición natural como central. Para más inri, el involuntariamente polémico Plazonić se perderá el partido por acumulación de tarjetas. Un auténtico rompecabezas que el temperamental Krstičević deberá resolver para el partido más emblemático del campeonato.
El arma no tan secreta volverá a ser la mencionada Torcida, y es que Hajduk pese a todo sigue siendo el equipo con mejor media de público asistente en el campeonato. No han faltado las provocaciones por parte de los jugadores aludiendo a esto mismo, ya que Dinamo tiene una de las peores medias del campeonato y la región. El partido arrancará a las seis, volviendo a medir a eternos rivales, por un lado al representante de la tradicionalmente rural Dalmacia, y por otro al gigante de la cosmopolita Zagreb. Dos formas de vida, dos equipos, un partido.
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