Pasado y futuro: Mišo Krstičević y Igor Tudor |
Hajduk Split vive la temporada
más turbulenta de su historia. Las deudas de años anteriores han llevado al
club a luchar desesperadamente por evitar la quiebra. El pasado octubre tenía
lugar el, posiblemente, hecho más importante de la historia moderna del club:
el ayuntamiento de la ciudad se comprometía a ejercer de garante en un préstamo
destinado a evitar la desintegración inmediata del gigante dálmata. La
situación económica preveía una temporada gris en lo deportivo, y es que la
opinión pública situaba al conjunto “bili” entre los candidatos al descenso. Meses
después, Hajduk ha conseguido plantarse en la final de Copa y encontrarse entre
los candidatos al segundo puesto, pese a la dura competencia por este, algo a
lo que ha contribuido la acertadísima decisión de reducir el número de equipos
participantes en la primera categoría del fútbol croata. Y la próxima temporada
ya no serán 12, sino 10 los equipos participantes en esta. Uno de los hombres
claves de este éxito, considerando las aspiraciones iniciales, es sin duda Mišo
Krstičević. Designado desde las categorías inferiores para sustituir la marcha
de Kresimir Balakov al Kaiserslautern, Krstičević imprimió carácter a una
plantilla desmotivada, moldeando un equipo agresivo en el que la capacidad de
sacrificio y la entrega brillaban por sí mismas. De la mano del ex jugador del
club, Hajduk ha vivido momentos emotivos, resaltando la victoria en Giuseppe
Meazza ante el Inter de Milán en la tercera ronda clasificatoria para la Europa
League, o la mencionada clasificación para el trofeo copero. El carácter del
entrenador no dejaba a nadie indiferente, lo que demuestran sus ruedas de
prensa o la dureza de sus entrenamientos, pero nadie dudaba del compromiso del dálmata, aficionado de Hajduk
desde la cuna. Lidiar con una plantilla joven, que llegó a acumular y aún hoy
lo hace meses sin recibir el salario, se presentó como un reto de máxima
exigencia que Krstičević supo afrontar con éxito. Reflejo de la complicada
situación en el vestuario es que los
centrales Milović y Jonjić pagaran de su bolsillo las máscaras protectoras tras
recuperarse de sus lesiones del pómulo. A esto se sumaron las numerosas
lesiones y la precariedad del equipo en puestos defensivos, lo que llevó a múltiples
maniobras y cambios puntuales de posición, que no minaron el carácter
competitivo de un equipo especialmente exitoso en los partidos a domicilio, y
es que un Poljud que nunca les dejó de lado supuso una losa en forma de presión
que afectó en partidos que debían ganarse imperativamente. De la mano de
Krstičević explotó la joya que ha supuesto la mayor inyección económica de
Hajduk en el último año, Josip Radošević, puesto que el Napoli pagó 3 millones
de euros por el joven mediocentro. Pese a todo, tras la derrota ante Rijeka el
pasado fin de semana en el Poljud, la directiva tomó la decisión de
destituirle, y con él a el director deportivo Sergije Krešić y el consejero Fredi
Fiorentini.
La decisión puede explicarse a partir de la mala relación entre las partes implicadas. El episodio que resulta representativo de lo que era ya vox populi en Split se produjo el pasado Febrero. La desastrosa gestión del mercado invernal condujo a una fuerte discusión entre Krstičević por un lado y Brbić, presidente, y Krešić por otro. El primero acabó con una arritmia que le mantuvo fuera de los entrenamientos durante tres días. Entonces se discutió hasta que punto era necesario recuperar a Plazonić, mediocentro, del filial Pomorac, lo que Krstičević tras las bajas invernales consideraba vital. No así la otra parte. Finalmente se cumplirían los deseos del entrenador en un intento de maquillar la bochornosa situación que tuvo lugar. Especialmente cómica resulto la contratación de los brasileños Cassio y Patinho, fruto de la colaboración entre el conjunto dálmata y el Fluminense, que llegaron a Croacia en baja forma y que meses después vuelven a Brasil sin haber jugado un solo minuto. Ambos ocupaban posiciones ya cubiertas, lo que resultó especialmente molesto al técnico. Tras eso, el monotema en las ruedas de prensa era cuando presidente y entrenador acordarían la renovación del contrato de este, a lo que el primero daba largas semana tras semana. Meses después y una vez destituido Krstičevič declaraba lo siguiente a la prensa: “Varios miembros de la directiva no quieren que ganemos la Copa pese a estar en la Final, ¡de dónde iban a sacar el dinero para las primas!” “me han destituido un grupo de hipócritas y desconocedores del mundo del fútbol”. A esto último asentía el seleccionador nacional Igor Štimac a la prensa poco después. Krstičević contaba con el apoyo de jugadores y ex entrenadores, algunos verdaderas leyendas, que veían en él la pieza central de un proyecto a largo plazo. Su destitución se ha argumentado en base al peligro de quedar fuera de los puestos que conducen a competición europea, mientras que se critica además las escasas oportunidades recibidas por los jugadores de la cantera y la dureza de sus entrenamientos. Su destino está en el cuerpo técnico de Igor Štimac, en el que ya estuvo antes de entrenar a Hajduk. Respecto a Krešić, la directiva argumenta no haber alcanzado metas comunes en los 9 meses de trabajo juntos y la necesidad de un shock positivo en un momento de estrés, lo que deja más que claro que las relaciones con el ex director deportivo también distaban de ser ideales. La decisión menos polémica involucra a Fiorentini, empleado en el club los últimos 20 años, cuya destitución se sopesaba durante meses. La Torcida quedó especialmente satisfecha con esto último, aprovechando el día del trabajador para saludar a este de forma irónica (“Feliz día del trabajo Fio”) tras su marcha.
El sustituto de Mišo Krstičević será una leyenda del club, el ex defensa Igor Tudor. Hasta ahora entrenador de los cadetes del club y miembro del cuerpo técnico de Igor Štimac en el equipo nacional. Fue segundo de Edoardo Reja durante la etapa de este en Split. Ha visitado Turín con asiduidad y se ha familiarizado con los métodos del exitoso Antonio Conte. En su presentación comentó sus intenciones respecto al juego: modernizar lo construido por Krstičević, dotar de ritmo al movimiento de balón y evitar los balones largos. Su modelo es el equipo de moda en Europa, el Borussia Dortmund, y su entrenador referencia Jürgen Klopp. La directiva le ha presentado como un entrenador para largo plazo y no ha marcado objetivos a este de cara al final de temporada. Lo que si ha hecho el propio Tudor: conquistar el trofeo copero y alcanzar la clasificación para competición Europea. Su camino empezará hoy a las 19:00 en el derbi de Split. Rival exigente, que cuenta con una gran plantilla y individualidades como Erceg o Rebić y que dirige magistralmente el ex jugador de Hajduk Zoran Vulić. Anecdoticamente, este hizo capitán del equipo por primera vez a Igor Tudor durante su etapa como jugador. Un eventual triunfo serviría a ambos para alcanzar la tercera plaza que ocupa Rijeka, y que recibe a Dinamo en Kantrida este domingo.
La Torcida ha visitado el entrenamiento anterior al partido para desear suerte y expresar su apoyo a Igor Tudor, pero no estarán en el Park Mladeži, estadio de RNK Split, para animar a los suyos. La razón es el precio de las entradas establecido por la directiva local, lo que viene siendo común en los últimos tiempos a modo de guerrilla psicológica. La afición visitante ha acordado animar desde fuera del estadio, con el objetivo de demostrar que Split sólo tiene un verdadero club, y es Hajduk.
La decisión puede explicarse a partir de la mala relación entre las partes implicadas. El episodio que resulta representativo de lo que era ya vox populi en Split se produjo el pasado Febrero. La desastrosa gestión del mercado invernal condujo a una fuerte discusión entre Krstičević por un lado y Brbić, presidente, y Krešić por otro. El primero acabó con una arritmia que le mantuvo fuera de los entrenamientos durante tres días. Entonces se discutió hasta que punto era necesario recuperar a Plazonić, mediocentro, del filial Pomorac, lo que Krstičević tras las bajas invernales consideraba vital. No así la otra parte. Finalmente se cumplirían los deseos del entrenador en un intento de maquillar la bochornosa situación que tuvo lugar. Especialmente cómica resulto la contratación de los brasileños Cassio y Patinho, fruto de la colaboración entre el conjunto dálmata y el Fluminense, que llegaron a Croacia en baja forma y que meses después vuelven a Brasil sin haber jugado un solo minuto. Ambos ocupaban posiciones ya cubiertas, lo que resultó especialmente molesto al técnico. Tras eso, el monotema en las ruedas de prensa era cuando presidente y entrenador acordarían la renovación del contrato de este, a lo que el primero daba largas semana tras semana. Meses después y una vez destituido Krstičevič declaraba lo siguiente a la prensa: “Varios miembros de la directiva no quieren que ganemos la Copa pese a estar en la Final, ¡de dónde iban a sacar el dinero para las primas!” “me han destituido un grupo de hipócritas y desconocedores del mundo del fútbol”. A esto último asentía el seleccionador nacional Igor Štimac a la prensa poco después. Krstičević contaba con el apoyo de jugadores y ex entrenadores, algunos verdaderas leyendas, que veían en él la pieza central de un proyecto a largo plazo. Su destitución se ha argumentado en base al peligro de quedar fuera de los puestos que conducen a competición europea, mientras que se critica además las escasas oportunidades recibidas por los jugadores de la cantera y la dureza de sus entrenamientos. Su destino está en el cuerpo técnico de Igor Štimac, en el que ya estuvo antes de entrenar a Hajduk. Respecto a Krešić, la directiva argumenta no haber alcanzado metas comunes en los 9 meses de trabajo juntos y la necesidad de un shock positivo en un momento de estrés, lo que deja más que claro que las relaciones con el ex director deportivo también distaban de ser ideales. La decisión menos polémica involucra a Fiorentini, empleado en el club los últimos 20 años, cuya destitución se sopesaba durante meses. La Torcida quedó especialmente satisfecha con esto último, aprovechando el día del trabajador para saludar a este de forma irónica (“Feliz día del trabajo Fio”) tras su marcha.
El sustituto de Mišo Krstičević será una leyenda del club, el ex defensa Igor Tudor. Hasta ahora entrenador de los cadetes del club y miembro del cuerpo técnico de Igor Štimac en el equipo nacional. Fue segundo de Edoardo Reja durante la etapa de este en Split. Ha visitado Turín con asiduidad y se ha familiarizado con los métodos del exitoso Antonio Conte. En su presentación comentó sus intenciones respecto al juego: modernizar lo construido por Krstičević, dotar de ritmo al movimiento de balón y evitar los balones largos. Su modelo es el equipo de moda en Europa, el Borussia Dortmund, y su entrenador referencia Jürgen Klopp. La directiva le ha presentado como un entrenador para largo plazo y no ha marcado objetivos a este de cara al final de temporada. Lo que si ha hecho el propio Tudor: conquistar el trofeo copero y alcanzar la clasificación para competición Europea. Su camino empezará hoy a las 19:00 en el derbi de Split. Rival exigente, que cuenta con una gran plantilla y individualidades como Erceg o Rebić y que dirige magistralmente el ex jugador de Hajduk Zoran Vulić. Anecdoticamente, este hizo capitán del equipo por primera vez a Igor Tudor durante su etapa como jugador. Un eventual triunfo serviría a ambos para alcanzar la tercera plaza que ocupa Rijeka, y que recibe a Dinamo en Kantrida este domingo.
La Torcida ha visitado el entrenamiento anterior al partido para desear suerte y expresar su apoyo a Igor Tudor, pero no estarán en el Park Mladeži, estadio de RNK Split, para animar a los suyos. La razón es el precio de las entradas establecido por la directiva local, lo que viene siendo común en los últimos tiempos a modo de guerrilla psicológica. La afición visitante ha acordado animar desde fuera del estadio, con el objetivo de demostrar que Split sólo tiene un verdadero club, y es Hajduk.
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