jueves, 25 de julio de 2013

BUDAPEST - NOVI SAD: LA MEMORIA DE 1989

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La Panonia es una antigua región en el corazón de Europa. Bañada por el Danubio, reunía tierras de las actuales Hungría, Austria, Croacia, Serbia, Eslovenia, Eslovaquia y Bosnia. Conquistada por Roma y sometida a constantes invasiones de pueblos barbaros, el emperador Trajano decidió dividirla en la Panonia superior y la Panonia inferior. Este jueves se miden dos equipos representantes de dos ciudades de la baja Panonia: Vojvodina y Honved; Novi Sad y Budapest.

Existe un antecedente, también en competición europea, de un enfrentamiento entre ambos equipos. En 1989. Vojvodina afrontaba los dieciseisavos de final de la máxima competición continental como campeón liguero de Yugoslavia. Dirigidos por Ljupko Petrović y con el delantero Miloš Šeštić como estandarte del equipo, que se había alzado con el campeonato con 3 puntos sobre Crvena Zvezda. Los jóvenes Siniša Mihajlović y Slaviša Jokanović eran otros nombres destacados del plantel rojiblanco. El rival era el Honved de Budapest, equipo hegemónico en el campeonato domestico húngaro durante la década de los 80, que presentaba una plantilla que contaba con la presencia de varios internacionales, participantes en el mundial de Mexico del 86. En la eliminatoria a doble partido disputada en septiembre el rival, comenzaría golpeando el equipo húngaro. Fodor de potente libre directo sorprendía al portero Čedo Maras y forzaba al equipo serbio a buscar la remontada ante su público. El encuentro de vuelta comenzó bien para los intereses de la Vojvodina: Mihajlović adelantaba a su equipo al rematar un córner en el minuto 26, duplicando posteriormente la ventaja del equipo yugoslavo Miroslav Tanjga, a los dos minutos de iniciarse el segundo tiempo. La remontada parecía encauzada hasta el minuto 76, cuando tras una gran acción del equipo rivel el lateral Dragan Gaćesa introducía el balón en su propia portería para alegría de la afición húngara desplazada a la vecina Serbia. Las intentonas de los de Novi Sad en los minutos siguientes fueron en vano. Mihajlović recuerda la eliminación con las siguientes palabras: “Tuvimos mala suerte, entramos asustados al encuentro, respetamos en exceso al rival como si del Real Madrid se tratase”.

24 años después la eliminatoria se recrea con los papeles intercambiados. Vojvodina visitará Budapest con dos goles de ventaja y obligando a que sea Honved esta vez quien piense en la remontada. No se trata ya de la prestigiosa Champions League, si no del escalón inferior, la Europa League. Vojvodina acude como tercer clasificado del campeonato serbio, con un nuevo técnico y energías renovadas para entrar en el año de su centenario, tratando de superar la trágica muerte de su hasta ahora presidente Ratko Butorović. El equipo se ha reforzado excepto alguna posición clave en la defensa, y la fábrica de talentos del fútbol base sigue funcionando de forma satisfactoria. El técnico Marko Nikolić y varios integrantes de la primera plantilla han respondido con prudencia a la euforia desatada la pasada semana y el equipo no especulará en la capital húngara. La baja del explosivo camerunés Oumaru es un handicap, pero Voša tiene motivos para ser optimista y vengar a la última generación campeona en la entidad.

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