lunes, 21 de julio de 2014

MARIO PAŠALIĆ: UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN

Pasta
La cara y cruz del mercado bili: Pašalić se marcha idolatrado y por la puerta grande; Andrijašević, a su espalda, repudiado tras firmar por Dinamo Zagreb, el eterno rival.
Contexto y trayectoria
Hajduk Split vive en nuestros días la peor crisis económica de su historia. La estabilización de las cuentas en los últimos meses es relativa y se ha conseguido gracias a la reducción drástica de gastos y personal, y especialmente el aliento de una de las aficiones más fieles de la región, la Torcida. El histórico club dálmata se ve obligado a competir con equipos que doblan o triplican (como poco) su presupuesto. Así el Dinamo Zagreb de Zdravko Mamić o su rival por la hegemonía del adriático, Rijeka, inyectada esta última de capital italiano y convertida hoy en el gran proyecto emergente del fútbol nacional. En este contexto, las ventas de jugadores constiuyen para Hajduk la principal fuente de ingresos y la mayor esperanza para la sanación financiera de la entidad. Y de entre estos son los jugadores provenientes de las categorías inferiores, que cuentan con un auténtico tesoro en las generaciones de los años 95 y 96, los que despiertan el mayor interés de potenciales compradores en la Europa occidental, animados estos en su inversión por la reciente entrada de Croacia en la Unión Europea. Estas circunstancias han tenido influencia directa en la política deportiva del equipo. La designación de Igor Tudor, que afronta su segunda campaña en el banquillo, hasta entonces entrenador en las categorías inferiores fue una apuesta en esta dirección. El que fuese defensa, entre otros, de la Juventus de Turín es un entrenador de discurso ofensivo y predilección por los chicos de la cantera. Algo que no es de extrañar, pues él mismo es un producto de las categorías inferiores del club, antes de que debutase con el primer equipo con apenas 17 años. La renovación de la plantilla iniciada por Tudor a principios de la pasada temporada tiene un nombre propio: Mario Pašalić.

Nacido en Mainz (Alemania) el 9 de febrero de 1995, sus prestaciones eran conocidas para el técnico por su etapa en el filial. Formado en las categorías inferiores de Hajduk Split, a las que llegó con 11 años proveniente de un modesto conjunto de una localidad cercana, la suya es una historia de superación que nos lleva concretamente al verano de 2012. A sus 17 años y después de haber finalizado la temporada como el héroe del equipo juvenil, al que dio el título con un gol en un dramático partido final en el que jugaban con uno menos, Pašalić cayó enfermo preso de fuertes fiebres que apuntaban en un primer momento hacia la mononucleosis o la hepatitis. Análisis posteriores confirmaron la presencia de bacterias en la sangre, estafilococos, que le obligaron a permanecer en observación en el hospital un mes, para comunicársele posteriormente que no podría dedicarse al fútbol en los siguientes seis meses en pos de favorecer la recuperación de su enfermedad. Visitado por compañeros y técnicos y solo semanas después de haber alcanzado la gloria con el juvenil, era un duro golpe para un chico que apuntaba al primer equipo, pero que no se desanimó entonces. Su debut por el mismo no se hizo esperar tras su recuperación, pero es en la temporada 13/14 de la mano de Igor Tudor en la que se ha confirmado como uno de los mayores talentos dálmatas de los últimos años. Y fue en el comienzo de la misma cuando los cantos de sirena atravesaron el Adriático en forma de oferta del Catania de un millón y medio por el jugador. La oferta era vista con buenos ojos por el club, pero Pašalić, en una muestra de madurez y escuchando su corazón, decidió rechazar la llamada de la Serie A para buscar hacerse un hueco en el equipo del que siempre había sido aficionado. Los resultados de su decisión son patentes una vez finalizada la pasada campaña: 11 goles y 5 asistencias, además de momentos memorables como sus dos goles para decidir el clásico croata ante Dinamo Zagreb ante un Poljud enloquecido, o posteriormente otros dos para decantar un complicado derbi de San Duje, el derbi de la ciudad ante RNK Split. Pese a que su fantástico rendimiento fue ignorado en varias ocasiones por el cuerpo técnico de la U21, algo para lo que Hajduk no ha dudado en argumentar el centralismo de la Federación hacia Zagreb, Pašalić puso el broche a su fantástica temporada viéndose incluido en la lista de 30 candidatos para disputar el Mundial de Brasil anunciada por Niko Kovač.
Su venta se tornó inevitable, y a pesar de que el jugador había sido vendido al Chelsea el pasado invierno en lo que era un secreto a voces, fue la pasada semana cuando se hizo oficial su llegada al gigante inglés. Los planes de los blues con el centrocampista son a largo plazo, y la entrante temporada jugará cedido en el Elche de la primera división española.

Perfil del jugador
Su posición natural es la de interior, en la que se desenvuelve con comodidad en ambos perfiles. Ha encontrado continuidad en esquemas como el 4-3-3 o el 4-4-2, acompañando en este último a un medio posicional o formando con otro interior una pareja mixta; ocasionalmente, también ha sido dispuesto como falso extremo, siempre en el perfil izquierdo, en la línea de ataque del propio 4-3-3 y con marcada tendencia a participar en la parcela interior del campo. Pašalić es por su juego y aptitudes físicas un centrocampista muy completo. A su innata capacidad de sacrificio y compromiso en las acciones de presión y repliegue suma un fino manejo de balón acentuado por la capacidad para usar con la misma soltura y precisión ambas piernas, haciendo difícil distinguir a primera vista cuál de ellas es su natural (emplea la zurda para el balón parado). Su calidad en la entrega, lectura, y visión de juego le convirtieron en un hombre importante en la salida jugada de Hajduk Split, un apoyo especialmente necesario ante rivales ordenados. Pero es capaz de adaptarse, como demuestran sus cifras, en otros contextos. Así en un guion más vertical y saliendo el equipo al contragolpe, lo que ha sido opción habitual en los segundos tiempos con resultados a favor, hace gala de su despliegue y es capaz de tocar rápido, pisar área, y definir con la pericia de un atacante.  Su preferencia para el golpeo es acomodar la pelota al interior del pie, algo que demuestra además de en el disparo en sus asistencias y en el balón parado. Otra de sus características fácilmente apreciables en ambas mitades del campo es su actitud al acudir a los balones divididos, con la fe del que es capaz de poner la cabeza donde otros no pondrían el pie. Mide 1.87 y su complexión física es fuerte, lo que sabe aprovechar para proteger el balón, en el salto, o para acudir al choque. Y a esto suma una gran inteligencia en sus movimientos, tanto a la hora de abrir como de atacar espacios en la defensa rival, o de posicionarse en acciones defensivas. Esto es algo perceptible en las declaraciones de su hasta ahora técnico, Igor Tudor: “Nunca necesité repetirle nada dos veces”. Su actitud trabajadora y su carácter humilde hace contraste con los excesos en las jóvenes promesas de toda la región (Por poner ejemplos, los también dálmatas Rebić o Livaja).

Una tendencia en Croacia
La apuesta de Niko Kovač por emplear un centro del campo compuesto por Modrić y Rakitić sorprendió a medio mundo. Croacia abrió el torneo ante el favorito Brasil, se jugó la vida ante Camerún y agotó su última carta ante México manteniendo esta apuesta. Ognjen Vukojević, el especialista en tareas defensivas del equipo fue el principal damnificado por la decisión. A los dos cracks del equipo mencionados con anterioridad se presentó como alternativa a Marcelo Brozović, que está lejos de ser un mediocentro puro. Y es cada vez más clara la tendencia de los clubes a nivel nacional el apostar por un medio mixto en detrimento de un jugador de rol posicional, bien por su inteligencia para cumplir esta tarea o por su capacidad de despliegue para componer un centro del campo dinámico. El buen rendimiento de jóvenes como Arijan Ademi, Ivan Močinić, Darijo Čanađija, Petar Brlek, Luka Begonja o de un más experimentado Josip Brezovec dan de momento alas a esta tendencia en el fútbol croata.

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