lunes, 10 de agosto de 2015

DEJAN DRAŽIĆ: UN CICLÓN PARA EL ATAQUE CELESTE

dus G3e L
Velocidad y desequilibrio: Dražić llega a España con mucho margen para crecer. Foto MN press.

El OFK de Belgrado es uno de los clubes de mayor tradición en el fútbol serbio. Durante su historia centenaria la entidad blanquiazul puede presumir de haber formado en sus filas a jugadores de renombre tanto en el ámbito nacional como más allá de las fronteras del país. Tanto es así que dos tercios de la antológica plantilla yugoslava que consiguió el bronce en el Mundial de Uruguay de 1930 estaba formada por futbolistas del entonces llamado BSK. Branislav Ivanović y Aleksandar Kolarov, que llegaron al equipo con 19 y 21 años respectivamente, son dos ejemplos más recientes de la capacidad de “los románticos” para reconocer y lanzar el talento joven. La situación actual del equipo, no obstante, no es la más brillante. La inestabilidad y las irregularidades a nivel institucional y el ruinoso estado del Omladinski Stadion han hecho a la afición pedir la cabeza de la directiva y el conflicto da muestras de que se intensificará en los próximos meses. Pese a todo, la apuesta sigue siendo clara: OFK repite en el curso 2015/2016 como la plantilla más joven del campeonato serbio. El trabajo de la pasada campaña, por su parte, no ha esperado a dar frutos en el mercado estival y 3 futbolistas parte del histórico primer puesto de la U20 en el Mundial de Nueva Zelanda han dejado el equipo: el lateral derecho Gajić, el izquierdo Antonov, y Zdjelar; este último ha vuelto al Olympiakos tras su cesión, alabado por un rendimiento que le señala como uno de los proyectos más interesantes para el mediocentro en un futuro cercano. Este viernes se confirmó la salida rumbo a la Primera División española de un compañero de generación de los anteriores y el atacante más destacado del plantel, el extremo izquierdo Dejan Dražić.

Dejan Dražić nació el 26 de septiembre de 1995 en Sombor. Se formó en las categorías inferiores de Partizan, quien, tras una cesión a su filial Teleoptik (algo habitual para que sus canteranos tengan sus primeros minutos en el fútbol profesional), decidió que el joven de entonces apenas 17 años no reunía los requisitos para ser de provecho en un futuro cercano al primer equipo blanquinegro. El calvario del adolescente por la incertidumbre sobre el rumbo que tomaría su carrera tuvo su cénit en Antalya, una ciudad de la costa mediterránea turca donde muchos de los equipos del este de Europa realizan su preparación invernal. Allí superó las pruebas con dos equipos rusos, el Zenit de San Petersburgo y el Rubin Kazán, recibiendo de los directivos de ambas entidades un segundo y duro golpe: el jugador era menor de edad, y ese era un riesgo que no estaban dispuestos a asumir. La historia tendría, sin embargo, un final feliz. OFK se encontraba en esas fechas en un hotel cercano y el acuerdo entre las partes fue prácticamente inmediato. En declaraciones del director del fútbol formativo del club: “Aprovechamos la oportunidad porque sabíamos de su talento, jugó unos pocos partidos con el juvenil, en los que marcó y asistió en todos ellos, y nos quedó claro que debíamos incorporarle al primer equipo. El resto lo conocéis, nos ha impresionado”.  Vistiendo de blanquiazul Dražić encontró los minutos y la confianza necesaria para mostrar su potencial, y su motivación por probar que se habían equivocado en su caso se hizo patente en los encuentros de mayor rivalidad. Su rendimiento le convirtió en habitual en las convocatorias de la selección U19 y los rumores sobre el interés de varios clubes extranjeros se hicieron cada vez más sonoros con el paso del tiempo; incluso se reportó que los dos grandes de Belgrado estaban dispuestos a pelear por su firma. Pero Dejan tenía una prioridad y esta respondía a su probada ambición: testar su valía en un campeonato de mayor exigencia. 

Dražić se desempeña en las posiciones de extremo izquierdo, a pierna cambiada, y delantero centro, con menor asiduidad. Sus características son las de un atacante rápido, muy habilidoso, con un amplio repertorio para el regate, cambios de ritmo, y un control preciso de la pelota, que demuestra tanto en conducción como manejándola en espacios reducidos. Estas condiciones acentúan su influencia en los últimos 3/4  de campo, donde destaca por ser un excelente dinamizador de las acciones de ataque, con gusto por tocar rápido, apoyarse en sus compañeros de arriba y romper al espacio tras tirar la pared. Pese a que es nominalmente un extremo, su rol no es el de un jugador que, aún con sus facilidades para desbordar en el uno contra uno, busque línea de fondo y centrar. Dražić tiene la vista en el área rival y su juego es mayormente interior, con movimientos con y sin la pelota trazando diagonales que le permitan encontrarse en situaciones de remate. Su constitución ligera y su agilidad le facilitan la tarea en esta dirección y le convierten en un futbolista escurridizo y de difícil marcaje, con la pillería y el talento para forzar la falta o el contacto dentro del área que lleve a los once metros. Este carácter ratonero y vivo es quizás consecuencia de la gran afición de Dražić por el fútbol sala. Delante del portero tiene calidad para definir, tanto acomodando la pelota con el interior como zafándose del mismo con un regate, y cuenta con suficientes recursos en el golpeo para ser peligroso a balón parado, algo que sin embargo no ha sido demasiado frecuente. Pero su juego va íntimamente ligado a su forma de ser, y aquí es donde enraízan los claroscuros de su hasta ahora corta trayectoria. Es ambicioso, temperamental y tiene un punto de chulería en algunas acciones, lo que le lleva a adornarse, a un excesivo individualismo y a la toma de decisiones incorrectas en situaciones de ventaja. Llegados aquí, conviene hacerse eco de dos anécdotas. La primera llegó tras su golazo en la que fuera su casa y contra el equipo del que es aficionado desde siempre, Partizan. Su celebración desató la polémica durante semanas, ya que tras anotar, el jugador salió disparado hacia la tribuna sur, aquella donde se sitúan los ultras de la que estaba convencido debió ser su afición, y se quedó plantado justo delante, cruzado de brazos en actitud desafiante. Sin duda, un mensaje a la directiva que no supo valorarle en su momento. La segunda anécdota tiene como protagonistas a Veljko Paunović, seleccionador U20, y él mismo. En uno de los partidos de preparación ante Myanmar, de cara a un Mundial en el que Serbia acabaría alzándose con el trofeo, el entrenador recriminó al jugador con las siguientes palabras: “Dražić, otro taconazo y te saco del campo. ¡Juguemos al fútbol!”. Posteriormente, Dražić se quedó fuera de la memorable cita por decisión técnica. El compromiso total con el grupo y una actitud respetuosa para con el rival son conocidos ingredientes de la fórmula ganadora de Paunović. Además, no son pocos los medios nacionales los que se han hecho eco de sus salidas nocturnas y le señalan como un asiduo a las discotecas de la capital, algo que el jugador ha negado repetidamente. Trabajar en lo mencionado anteriormente es el primer paso para madurar en su juego y convertirse en un futbolista más completo, para crecer en lo colectivo apoyándose en su enorme potencial individual.

El Celta apuesta por un diamante por pulir, un chico que necesitará el entorno adecuado, paciencia, y mano firme para mostrar lo mejor de sí mismo y canalizar sus defectos en su provecho y el del equipo.

2 comentarios:

  1. Una nueva perla del fútbol serbio al que se le seguirá. Imagino que en el Celta peleará por un puesto con Orellana no?

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Hola! Pues si no me equivoco Orellana juega en la derecha...francamente, no creo que sea la mejor posición para Dražić, lo ideal sería en la izquierda e ir entrando poco a poco, dependiendo de las necesidades del Celta, que tiene un jugador como Nolito en esa posición...

    Un saludo, y gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar