sábado, 9 de julio de 2016

ANDRIJA ŽIVKOVIĆ: LA TRISTE DESPEDIDA DEL EXPRESSO DE NIŠ

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Su actuación en el Mundial U20 centró todas las miradas. Foto: Alex Livesey - FIFA/FIFA via Getty Images

Andrija Živković, Danilo Pantić y Nemanja Radonjić. Tres nombres en los que Partizan confiaba basar el juego ofensivo del primer equipo en los años venideros, después de que la destacada generación del 96 demostrase su valía en el prestigioso torneo Gaetano Scirea en 2012, campeonando en el mismo tras superar a equipos como la Lazio en la fase previa, al Inter en cuartos de final, nuevamente a la Lazio en semifinales y por último a la Roma en la final, ganando todos los encuentros mencionados por dos tantos de diferencia. El fantástico trio compartía la misma parcela del campo, las 3 posiciones de tres cuartos, y su rendimiento en las categorías inferiores despertaba los más optimistas pronósticos, señalándoles como talentos destinados a dejar huella a nivel europeo y ser pilares de la selección nacional en un futuro. Mientras que el acierto de estas predicciones lo dirá el tiempo,  el provecho obtenido por el primer equipo de sus más celosamente guardadas perlas no ha sido del todo el esperado.

El primero en dejar el club fue Nemanja Radonjić, el “Cristiano Ronaldo” serbio. Sus problemas de disciplina desde una edad temprana generaron más de un dolor de cabeza: apareció en una concentración con una gorra de Estrella Roja y no se presentó a los entrenamientos del juvenil durante seis meses. Cansados de sus desplantes, culminando con la negativa a firmar contrato profesional, el club decidió dejarle marchar. Desde entonces ha pasado por la Academia Hagi, la Roma Primavera, el Empoli, y por último Čukarički, prácticamente inédito en cada uno de sus destinos. Posteriormente, sería Danilo Panti
ć, un finísimo mediapunta, el que saldría de forma polémica de Partizan. No lo hizo, sin embargo, sin participar con el primer equipo como lo hiciera Radonjić. Pantić, antes de abandonar el club como agente libre para fichar por el Chelsea tras rechazar la renovación, disputó 24 partidos, incluyendo algunos en competición europea, repartidos en dos temporadas. Pese a que no llegó a causar la impresión de que ya estuviera preparado para tener un impacto en el exigente fútbol europeo, priorizó salir del país para firmar por un grande, habiendo pasado posteriormente por el Vitesse en calidad de cedido, con unos minutos bastante escasos sobre el campo.

El caso de Živković, pese a su similar desenlace, ha tenido un desarrollo muy distinto.
El club tuvo que batallar arduamente durante las negociaciones, se mencionaron ya entonces las exigencias de su padre y de su agente como el mayor de los obstáculos, pero firmó su primer contrato profesional en agosto de 2013. Su ascenso en el primer equipo esa misma temporada fue meteórico. Los cuatro tantos en las cuatro primeras jornadas que disputó le señalaban como un jugador que a medio plazo haría olvidar la baja de Lazar Marković ese mismo verano, ambos futbolistas cuyas conducciones sacaban al equipo de la apatía. Su recorrido como profesional hasta el momento deja cerca de 100 partidos, un título de Liga, otro de Copa, y dos presencias en la fase de grupos de la Europa League; es el capitán más joven de la historia del club y también el más precoz debutante en la selección nacional. Pero su etapa en el equipo que le formó ha quedado ensombrecida en su epílogo por la polémica de su contrato, uno de los asuntos más controvertidos del deporte serbio en los últimos años.

Ya el primer contrato sentó las bases para la actual situación. Para asegurarse al joven extremo, Partizan cedió el 15% de sus derechos económicos a su padre, y el 10% a su agente. Posteriormente, amenazados por las deudas y la inminente huelga en el seno de la entidad, Partizan vendió el 50% de los derechos económicos al Apollon, que hace las veces de fondo de inversión de Pini Zahavi, uno de los agentes más poderosos del panorama europeo. En caso de incumplimiento o de rechazar el trapaso al club que el Apollon decidiese (el Benfica, que ofertó 5 millones), Partizan debería pagar una compensación que ascendería a los dos millones y medio, una cifra superior a la que recibió por la venta de sus derechos en el acuerdo inicial. Este catastrófico negocio puso a Partizan entre la espada y la pared el pasado invierno. La entidad estaba dispuesta a asumir la compensación solo si
Živković renovaba, firmando un nuevo contrato libre de terceras partes, con un salario en blanco, que el jugador decidiría, algo inédito hasta la fecha. O bien, convencer al jugador de que aceptase las ofertas que se recibieron por sus servicios, de forma que, al menos se pudiese evitar el desastre. Ni una ni otra fueron encontradas adecuadas por su padre y su agente, los otros protagonistas del lamentable entuerto. Así, éstos comenzaron exponiendo a la prensa que Andrija renovaría, pero que lo haría en julio, como agente libre, y Partizan aún debería de pagar la cantidad prometida al Apollon. Más tarde y en plena guerra abierta con el club, se negaron por completo a esta posibilidad, argumentando que el club veía al chico como una mercancía y que el acuerdo con Zahavi no había contado con su consentimiento. De esta forma, ni sería traspasado en el mercado invernal, ni continuaría en Partizan tras cumplir su contrato. Ex jugadores, compañeros, empleados, directivos, todos apelaban al sentido común de Andrija rogándole que firmase un nuevo contrato o aceptase alguna oferta, pues de lo contrario el club sería incapaz de saldar las deudas y cumplir con sus obligaciones salariales de forma puntual. Por si a la historia le faltaran elementos para el escándalo, la prensa serbia filtró que el padre de Andrija y su agente ya habían diseñado su estrategia para encontrar un nuevo equipo al chico. Así, siempre según las mismas fuentes, y posteriormente otros medios internacionales, se reunieron con numerosas entidades como el Atlético de Madrid, la Real Sociedad, el Sevilla, el Villarreal, el AC Milán, etc, solicitando una cantidad entre 7 y 8 millones como prima de traspaso y que se garantizase a la joven estrella un salario no inferior al millón. La historia tuvo el dramático fin esperado, Partizan se cansó de esperar y apartó al jugador de la concentración invernal, marchándose el mismo entre lágrimas y despedido por un único compañero, Saša Lukić, con quien compartía habitación. Salvo puntuales encuentros con la U21 y la reciente presencia con la selección absoluta, Živković no ha competido desde entonces, entrenándose con el filial Teleoptik, de la tercera división serbia. Esta semana se ha confirmado su trapaso al Benfica, un club con el que se le relaciona desde hace tres años y que, curiosamente, mantiene una estrecha relación con Pini Zahavi.

Para comenzar a describir a Andrija Živković
, oficialmente premio de la Federación al joven más talentoso del país, conviene aludir a la frase que, de forma unánime repiten los que le conocen desde una edad muy temprana: es un talento especial, capaz de decidir un encuentro en una acción aislada, de decantar la balanza por puro peso individual. Nació en Niš, la ciudad que regaló al fútbol europeo al genial Dragan Stojković, el 11 de julio de 1996. Inseparable de la pelota prácticamente desde que aprendió a andar, con solo 3 años empezó a acudir a las actividades del Car Konstantin, un equipo de la ciudad. Su padre veía en él las esperanzas que el destino no le había reservado, ya que su corta carrera en el Radnički Niš finalizó en torno a sus 20 años. Dušan Trbojević, scouting del club blanquinegro y uno de los artifices del éxito de la prestigiosa cantera blanquinegra describe así su primer contacto con el joven extremo: “Lo vi junto a Nedeljko Kostić, director del fútbol base, en un torneo de la región este de Serbia. Tras un par de ocasiones nos decidimos. El chico era imprevisible, su dribling era fantástico, tenía velocidad y explosividad para decidir los encuentros”. Andrija justificó las expectativas vistiendo la camiseta de Partizan en el fútbol base como uno de los pilares de la gran generación del 96, y solo un problema con la visa para entrar a Reino Unido impidió que debutase con la selección absoluta ante Gales de la mano de Siniša Mihajlović, antes de haber jugado con el primer equipo. Ese año acababa de cumplir los 16. A posteriori, formando parte de las inferiores del equipo nacional, se ha confirmado como uno de los mayores futuros capitales del mismo, siendo líder y mejor jugador de la histórica generación campeona del Mundo U20 en Nueva Zelanda, donde se dio a conocer al gran público.

Živković se desempeña con como extremo derecho a pierna cambiada, y puntualmente también en la izquierda e incluso en la parcela central, como segundo punta. Contando con su 1.70 y su constitución ligera, frente al 1.82 de media de altura en Serbia, algo mayor en deportistas profesionales, Andrija ha sabido explotar sus otras virtudes de forma que destacase contra rivales muy superiores en lo físico. Así, se trata de un futbolista vertical, muy veloz, ágil en carrera, eléctrico en sus movimientos y cuya capacidad para acelerar en un muy corto lapso de tiempo le hacen esquivo a las entradas rivales. Su rol ha tenido matices en las distintas posiciones en las que se ha desempeñado, pero su mayor virtud es el desborde y el control de la pelota en velocidad, de forma que mediante conducciones desajuste los sistemas rivales. Normalmente el gesto es interior: arranca abierto en la derecha y traza la diagonal para llegar a la frontal, pero no es extraño verle ganar línea de fondo y buscar el centro, especialmente cuando aparece en la izquierda. Su uso del pie derecho tiene margen de mejora, pero su tacto y habilidad con el izquierdo es realmente brillante. Y pese a todo, su recurso para el dribling suele ser el mismo, atarse la pelota al pie e iniciar al eslalon, y no suele hacer uso de florituras para desharcerse de su marcador. Cuando encara los metros rivales también maneja distintos registros, bien la asociación rápida, devolviendo o profundizando la pared, y sobre todo el disparo, normalmente envíos secos cruzados a los ángulos bajos de la portería. Otro de sus sellos de identidad, es el pase cruzado, puesto que es un gran asistente, eligiendo el mejor momento para dejar a un compañero en ventaja y poniendo el balón templado con rosca, empleando el interior de la bota. Por su precisión se ha encargado de sacar el balón parado en ambos perfiles laterales tanto con las inferiores de Serbia como en Partizan. También asume la ejecución directa del mismo, donde, con mayor frecuencia, suele buscar los ángulos superiores por colocación. Las recepciones suele preferirlas al pie, abierto en banda, pero durante la pasada temporada supo aprovecharse de los envíos en largo de Babović, para, mediante movimientos incisivos a la espalda, hacer daño a defensas adelantadas. Cuando ha jugado en posiciones interiores, algo poco frecuente, suele gozar de libertad, y en ese momento aprovechaba los espacios que el corpulento Škuletić le habilitaba batallando con los centrales. Su rendimiento defensivo, por otro lado, se ha visto notablemente favorecido por el trabajo con técnicos que conceden una gran importancia a la solidaridad colectiva como Veljko Paunović. Uno de los aspectos en los que deberá mejorar es en la toma de decisiones en partidos de alta exigencia, algo que se ha visto evidenciado en los derbis contra Estrella Roja y en los cruciales partidos en Europa esta temporada ante BATE y Augsburgo. El experimentado capitán del equipo, Sa
ša Ilić, le recriminó su precipitación cuando el equipo buscaba el resultado: “No busques solo el disparo, espera, dale la pelota a alguien”. Su regate es virtud, pero también ha sido su perdición cuando se ha esperado otra cosa de él, en ocasiones resultando egoista, e insistiendo tozudamente ante la dificultad de avanzar por dicho medio. Contra el BATE, jugándose la clasificación para la Champions League, desaprovechó dos ocasiones en el mano a mano que no suele fallar, mientras que ante el conjunto alemán, cuando el equipo más le necesitaba para pasar la fase de grupos de la Europa League, resultó expulsado en el min. 80 tras recibir la doble amarilla por manos. Todo esto, y pese que ante el Steaua en un guión difícil decidió el pase, nos permite adivinar una cierta dificultad para manejar contextos de mucha presión, algo comprensible a su edad, pero que deberá corregir en un mundo tan competitivo con el fútbol profesional, donde todo puede cambiar en cuestión de días. Otro aspecto que deberá trabajar en el futuro es la regularidad en su juego. Hasta ahora se ha mostrado como un futbolista de detalles y tramos del partido en los que decanta la balanza, pero tiene potencial para ser mucho más, y a veces, en su apatía, parece apartarse del juego.

Su ídolo es Messi y su equipo favorito el Fútbol Club Barcelona. Ante las comparaciones, declara verse más similar a Robben. Fuera del campo no se le conocen escándalos y ha sido definido por su entrenadores como un chico muy maduro para su edad, dispuesto a escuchar en cada momento sus instrucciones e irgiéndose como un líder silencioso del vestuario. Ha afrontado su suspensión del primer equipo de Partizan entrenando con profesionalidad y manteniendo el respeto por la institución, algo que no puede decirse de las personas encargadas de llevar su carrera. Precisamente ésto le achacan sus detractores, que no haya mantenido una opinión propia y se haya dejado malinfluenciar. El pasado septiembre, muy críticado tras su discreto partido ante el eterno rival, se negó a hablar con los medios de una forma que los mismos calificaron como “arrogante”. Posteriormente se disculparía por el incidente.


Su futura influencia en el equipo nacional parece a corto plazo incierta. El seleccionador Muslin parece decidido a optar por el 3-4-3, y en los extremos jugadores como Kostić, Tadić, Marković o Ljajić parecen partir con ventaja. Una situación similar vive otro de sus compañeros campeón en Nueva Zelanda, Milinković-Savić, al que se le ha comunicado que de momento tienen preferencia otros jugadores.


“Estoy convencido de que los aficionados del Benfica estarán contentos con Živković. Es uno de esos jugadores que te hacen divertirte en un campo de fútbol. Puede decidir un partido en un segundo”. Zoran Milinkovi
ć, su ex técnico, para Record.

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