viernes, 6 de septiembre de 2013

DAR UN PASO ADELANTE

Serbia Croacia

Hoy a partir de las 20:45, en el Marakana de Belgrado, se disputa un Serbia – Croacia que, al igual que el disputado el pasado marazo, no es un partido más para ambas naciones. En términos exclusivamente deportivos, es Croacia quien tiene la presión de conseguir los 3 puntos y no ceder en su particular mano a mano con Bélgica por la primera plaza del Grupo. Para Serbia el partido tiene un significado distinto: es una cuestión de orgullo. El equipo de Mihajlović ha echado por tierra sus opciones de clasificación, optando por un proceso de rejuvenecimiento del plantel, no sin ser objeto de crítica para la opinión pública por lo drástico de su aplicación. La cita europea de Francia 2016 parece ser el objetivo de esta generación. El partido de mañana tiene especial significado para Siniša Mihajlović. Una victoria ante Croacia serviría para aplacar las críticas y reforzar su idea de la renovación del equipo nacional. Mihajlović se ha visto atacado directamente por varios medios de influencia en el país. Estos le acusan de basar sus convocatorias en los representantes de los jugadores, en concreto Fali Ramadani y Nicola Berti, utilizando su idea de rejuvenecer el equipo como tapadera para su provecho personal en forma de comisiones. Su rival en los banquillos mañana, Igor Štimac, tampoco está ajeno a semejantes insinuaciones. En su caso, se le acusa de contribuir al excesivo centralismo de la selección nacional croata, y se sospecha de varios de los convocados en los últimos meses por la relación del técnico con Zdravko Mamić, presidente de Dinamo Zagreb.  Amén de reivindicaciones personales, el terreno de juego volverá a medir a dos combinados que, lejos del revanchismo por los infortunios acaecidos en la década de los 90, buscarán dar una alegría a sus respectivas gentes.

El escenario
Hace apenas unos días se cumplieron los 50 años de la inauguración del Marakana, formalmente Stadion Crvena Zvezda. Con más de 55.000 localidades es el estadio más grande del país.  El Marakana se ha vestido de gala durante su historia para encuentros como la final de la Champions League en 1973 o la final de la Eurocopa de 1976, y ha sabido responder de forma masiva en los compromisos de la selección nacional. Sin embargo, el partido se desarrollará en un ambiente enrarecido. Según algunos medios, ni siquiera se llenará. La situación en la Federación serbia es inestable: la regularidad del campeonato se ha puesto en cuestión y el actual presidente Tomislav Karadžić ha anunciado que renunciará el próximo diciembre. Su renuncia es consecuencia de la iniciativa para el cambio que ha tenido en Crvena Zvezda y OFK sus principales valedores. La idea ha encontrado aceptación en la opinión pública y otros clubes, que ven necesario derrocar un sistema anticuado y autócrata. El seleccionador Mihajlović, uno de los escasos defensores de Karadžić, ha pedido públicamente que la afición deje de un lado las divisiones y se centren en dar alas a los locales. Su escepticismo al respecto no es nuevo, no obstante, ya que el técnico se ha mostrado partidario de que el combinado nacional juegue sus partidos en Novi Sad, cuyo público se muestra una actitud más cálida hacia el equipo.

Los equipos
Serbia ha oscilado en su juego en los partidos disputados bajo la dirección de Mihajlović. El equipo tiene problemas en ambas áreas. La defensa es nominalmente la línea de mejor nivel del equipo, pero su rendimiento no ha estado a la altura: al equipo le cuesta defender la espalda cuando la línea está adelantada, y el rival suele tener bastantes espacios en los contragolpes.  En los últimos metros, por su parte, el equipo arrastra problemas en la realización. Al equipo no le sobran soluciones en la punta de ataque, lo que ha provocado la rápida promoción de Aleksandar Mitrović, de 18 años.  A la lista regresa Nemanja Matić tras dejar atrás su conflicto con el seleccionador, mientras que la situación de Adem Ljajić no ha cambiado un ápice. Croacia, por su lado, llega en un momento gris en cuanto a su juego. La idea de dominio del seleccionador Štimac no está en el cénit de su aplicación: el equipo se ha mostrado plano en alguna ocasión y ha teniendo problemas para concretar la jugada ante rivales replegados. El seleccionador tiene dudas sobre quien ocupará el lateral izquierdo, mientras que según sus propias palabras Eduardo, el delantero más resolutivo del plantel, no está listo para 90 minutos. Alen Halilović y Ante Rebić son dos invitados de excepción en la convocatoria que, aunque parece difícil que tengan minutos hoy, representan el futuro del conjunto ajedrezado.

Contexto político actual
El partido llega en un momento complicado. La tensión étnica en Vukovar, lugar de nacimiento de Siniša Mihajlović y uno de los escenarios más sangrientos del conflicto bélico, se ha reactivado por la inclusión del cirílico en las señales públicas. Lo que partió como una medida de integración de las minorías (los serbios lo son en Eslavonia), ha levantado la polémica, produciéndose incluso la destrucción por la violencia de estas señales por los simpatizantes de la derecha croata y las asociaciones de veteranos de guerra. Vukovar es un lugar especialmente sensible para los croatas a la hora de volver la vista al pasado, y el conflicto parece haber abierto viejas heridas y reavivado la aversión a los serbios no sólo en Eslavonia, también en otras regiones.

Para la esperanza…
1999, sólo 4 años después del acuerdo de Dayton y el fin de las hostilidades en Bosnia. Yugoslavia y Croacia se enfrentaban en Belgrado en un encuentro correspondiente a la clasificación para la Eurocopa del 2000. El Marakana respondió de forma masiva y la aversión al equipo croata en los cantos locales era notable. Yugoslavia contaba con jugadores como Slaviša Jokanović, Miroslav Đukić, Siniša Mihajlović, Dejan Stanković, Predrag Mijatović y Darko Kovačević. Vujadin Boškov se sentaba en el banquillo local. Los visitantes, dirigidos por Ćiro Blažević, formaban con Igor Štimac, Aljoša Asanović, Davor Šuker y Zvonimir Boban entre otros. En un momento determinado del encuentro, la luz del estadio falló dejando a oscuras a los 22 actores sobre el campo.  La reacción de los jugadores yugoslavos fue un ejemplo para generaciones venideras. Ante el lógico desconcierto de los jugadores croatas, a oscuras en un ambiente hostil, los jugadores de la selección yugoslava, que tampoco sabían que sucedía en aquel momento, se abrazaron a cada uno de sus rivales para tranquilizarles y garantizarles su seguridad. Un momento inolvidable que habla exclusivamente de la calidad humana y la cara más agradable del deporte, la unión más allá de la creencia o la étnia.

Las medidas de seguridad estarán a la altura y el nivel de cooperación de la Federación con los órganos del Estado se ha optimizado al máximo para garantizar el espectáculo. El Marakana también se enfrenta a su exámen particular: ser reflejo de la sociedad serbia en un acontecimiento retransmitido a nivel mundial.

1 comentario:

  1. Felicidades por el artículo Juanpe, me encanta cómo escribes y cada una de tus anécdotas, se aprende en cada artículo. Qué gran momento aquel del apagón, sin duda un ejemplo para las próximas generaciones como bien comentas.

    Un abrazo fuerte desde Sevilla.

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